Es época de comuniones y toca reunirse con la familia: master en paciencia gratuito. Por suerte o por desgracia no son todas iguales, pero incluso en las mejores familias surgen roces o encontronazos más o menos acalorados.
¿Eres la oveja negra, la diferente, el rarito?
Puede o no ser tu caso, ya sea por la personalidad o por el estilo de vida, a los tuyos les cuesta comprenderte. En un mundo en el que lo lógico es buscar la seguridad, la estabilidad, minimizar el riesgo y huir de la incertidumbre, ir en busca del cambio puede resultar temerario incluso kamikaze.
Podemos llegar a sentir que nuestra identidad se pone en tela de juicio porque no entramos en el juego de lo establecido, porque no seguimos el paso a paso, el sota, caballo y rey que marca la sociedad (o la familia). Podemos llegar a sentir opiniones como ataques personales, y aquí podemos caer en un error.
Todo depende de tus valores y creencias.
Las personas que priorizan la seguridad sobre la libertad y la diversidad, no van a entender jamás que una persona no quiera ser funcionaria, les costará comprender que una persona con más de cuarenta años quiera seguir explorando el mundo y viviendo aventuras.
Y si tenemos en cuenta las crisis de años anteriores, las burbujas financieras, las guerras, enfermedades y delincuencia... en definitiva, todo el Apocalipsis que estamos experimentando últimamente, es normal que piensen así. ¡Tienen miedo y lo proyectan sobre aquellos que no lo tienen! O simplemente, desconocen, les falta información y creen que tu situación está peor de lo que está.
Oportunidad para conocerse mejor y crecer
Lo cierto es que, te haya tocado ser la oveja negra o no, nuestras diferencias suponen un reto de aprendizaje para todos, y conviene aprender a llevarlos bien si no queremos perjudicar nuestras relaciones o a nosotr@s mism@s. Seamos humildes.
Como reza uno de Los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz, no te tomes nada como algo personal. La familia, así como aquellas personas cercanas, siempre traen un mensaje. Sé que no siempre es fácil separar la emoción del pensamiento, sobre todo porque a veces escuece demasiado. Pero es un ejercicio fundamental a la hora de gestionar las relaciones sociales a cualquier nivel. No enfadarse con el mensajero sino intentar comprender el mensaje detrás, sin descuidar las emociones, nos ayudará a avanzar como personas.
Relajarse y tomarse sus palabras con amor, porque no siempre hay mala intención, a veces es sólo preocupación o curiosidad, Quizás se estén preguntando: "¿Cómo va a salir de ahí?".
Escuchar, analizar y cuestionarse a un@ mism@ de vez en cuando es positivo ya que puede evitar que caigamos en un error, puede ayudar a que prestemos más atención a algo que se nos había pasado por alto. Puede ayudar a reafirmar nuestra postura, aumentar nuestra autoconfianza y a encontrar más motivos para seguir adelante.
¿Cómo se hace eso?
Si tienes dificultades para relacionarte de manera sana con los demás, si sientes que eres la oveja negra, si quieres aprender más herramientas, no dudes en ponerte en contacto conmigo, a escuelaontocratica@gmail.com o por whatsapp al 610938803.
Recordatorios:
🌷 YA ESTÁN ABIERTAS INSCRIPCIONES para el curso "Mi primer trabajo", orientado a personas que recién vayan a entrar en el mercado laboral. (Plazas limitadas). Interesad@s enviar email a escuelaontocratica@gmail.com antes del 13 de mayo.
🌻 Disponible la mini guía Claves para la gestión emocional, en "Tu regalo"
🌼 Ahora el Ebook de "Habilidades blandas para crear juntos la nueva humanidad" también disponible en plataformas.
Comments