¿Te ha pasado alguna vez que has conocido a alguien, ya sea amistosa o románticamente, y después de un tiempo te has dado cuenta que no conectas? La otra persona está encantada con lo vuestro, pero tú quieres romper esa relación. Ya se ha creado un vínculo sentimental, le tienes cariño a esa persona, no te ha hecho nada realmente reprochable pero no quieres seguir manteniéndole en tu vida y no sabes cómo decírselo.
Suele pasar que, por cobardía, no lo hablamos directamente y esperamos que poniendo distancia tarde o temprano esa persona pillará el mensaje. Pero pasa el tiempo y la persona no lo pilla, sigue insistiendo en quedar contigo y no sabes ya qué excusa poner.
Interiormente tienes dudas, te dices a ti mism@: "pero si no me ha hecho nada malo realmente, quizás debería ser más flexible... Si es buena persona..." Te sientes culpable, incómoda, y lanzas mensajes contradictorios que obviamente la persona no puede interpretar con claridad.
Desde mi punto de vista, lo más maduro es analizar qué es aquello que esa persona hace o dice que te produce esa incomodidad o esa falta de conexión, acto seguido preguntarte por qué. Sé que puede parecer absurdo, pero detrás de este tipo de situaciones se esconde mucho aprendizaje.
Si por activa y por pasiva lo has intentado, primero mirando dentro de ti sin caer en la salida fácil, y has descubierto los motivos por los que te hace sentir mal o el porqué de que no conectes del todo, entonces sí considero legítimo la decisión de alejarla de tu vida.
No todo es blanco o negro, y no siempre es necesario que ocurra algo grave para dejar personas atrás. A veces son cosas sutiles, pero para ti muy importantes. Pueden ser valores o principios y, sin lugar a dudas, si tú no terminas de sentirte cómoda con esa persona a niveles profundos, es motivo más que suficiente para despedirla.
Quizás has intentando una solución intermedia, mantener la conversación superficialmente. Pero, si esa persona no tiene la suficiente inteligencia emocional para darse cuenta de dónde está tu límite sin necesidad de comunicárselo explícitamente, lo mejor será poner tierra de por medio.
Claro que es difícil y doloroso, pero peor es continuar una amistad donde la comunicación no es 100% sincera. No todas las amistades tienen que ser igual de profundas, pero sí sinceras. El problema está cuando te abres demasiado antes de tiempo. Para cuando te das cuenta de cómo es realmente la otra persona, ya es tarde.
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